El derecho a la educación es universal y sin límite de edad

·         “Ahora puedo anotar la clave de los envíos que me hacen mis hijos”, afirma educando del IEEA

Matías Romero Avendaño.- El derecho a la educación es universal, sin límite de edad y para el adulto mayor esta garantía constitucional tiene un significado especial, pues representa una oportunidad de preparación y participación social, contribuyendo además al desarrollo de una cultura de respeto y elevación de la calidad de vida.

Es por ello que en el Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA), se brinda atención gratuita a cientos de adultos en todo el estado. Algunos se encuentran aprendiendo a leer y escribir o estudiando la educación básica, adquiriendo conocimientos útiles para la vida.

Como la señora Eva Juan Concepción, originaria de la agencia municipal de Palomares, perteneciente a este municipio de Matías Romero, quien a sus 72 años de edad aprende a leer y escribir en un grupo de estudio de su comunidad, dejando atrás el tener que pedir favores a la hora de cobrar el recurso económico que le envían  sus hijos desde otros estados.

“Antes no sabía agarrar el lápiz, pero gracias a las enseñanzas de mi asesora, hoy ya puedo anotar la clave de los envíos de dinero que recibo de uno de mis hijos,  sé firmar y poner mi nombre, poco a poco voy aprendiendo a leer mejor, para no estar pidiendo favores cada rato”.

Comenta que desafortunadamente su visión es muy débil, pero no es un impedimento para seguir aprendiendo, ya que los beneficios que obtiene son muchos, además de que su asesora le tiene paciencia al enseñarle con detalle las letras y números de manera divertida.

 “Mi asesora se llama Andrea Soledad José Rodríguez, me gusta cómo nos enseña, es muy amable con todos y siempre está muy pendiente de nuestro aprendizaje, hasta la fecha de su cumpleaños ya sé. Además de enseñarnos a leer y a escribir, también nos da clases de elaboración de piñatas y banderitas de papel, eso me agrada mucho”.

Ella y su esposo Atenedoro Francisco Domínguez de 75 años, se dedican al trabajo del campo y a la crianza de pollos, actividades que dejan por unos momentos para estudiar sus módulos educativos y acudir a las asesorías, en las instalaciones de la agencia municipal Palomares, espacio que para ella y sus compañeros son de esparcimiento y recreación, porque está en contacto con personas que buscan adquirir nuevos aprendizajes.