· Sin incidentes y con aforo lleno, la edición matutina de la festividad étnica más importante de América Latina.
· La Guelaguetza, enamora y atrapa a quien la disfruta, coinciden visitantes de diversas latitudes, del país y del orbe.
Este lunes, como hace 82 años, y desde muy temprana hora, miles de oaxaqueños y visitantes de diversas partes de la República Mexicana y del mundo, colmaron el auditorio del Cerro del Fortín para admirar la fiesta étnica y cultural más grande de Latinoamérica.
Antes de las 10 de la mañana, miles de personas colmaban ya el escenario para convivir con sus iguales en la Guelaguetza de la Octava del Lunes del Cerro, la cual transcurrió sin incidentes en un ambiente de hermandad y solidaridad entre pueblos hermanos y los visitantes.
Oaxaqueñas, oaxaqueños y turistas, unificaron sus vivas y porras para gritar al mundo ¡Oaxaca! ¡Oaxaca! ¡Oaxaca! Con sus sombreros en alto y con la Canción Mixteca en los labios, el Pueblo de Oaxaca envío un mensaje de fraternidad y fiesta que se vive en la entidad en las fiestas de julio 2014.
Hacia las 09:50 horas, el Gobernador Gabino Cué Monteagudo arribó al Cerro del Fortín para participar como un oaxaqueño más en la gran fiesta. Mientras avanzaba al Palco B, saludaba y daba la bienvenida a los visitantes y a los oaxaqueños.
Acompañado de su esposa Mané Sánchez Cámara de Cué y su hija del mismo nombre, el mandatario se ubicó junto al Gobernador del estado de Morelos, Graco Ramírez, así como al Director General del Infonavit, Alejandro Murat, entre otros invitados especiales.
A las 10:00 horas, bajo un himno solemne, cruzó el estrado la Diosa Centeótl , Jacqueline Reyes Sarabia, originaria de Sano Domingo Tehuantepec, para presidir la fiesta.
Las tradicionales chirimías precedieron a la primera delegación, las Chinas oaxaqueñas, que bailaron los alegres sones del Jarabe del Valle, con las características marmotas, canastos de flores y faroles, que forman parte también de la calenda que precede a la fiesta principal.
Con San Pedro Ixcatlán llegó la región de la Cuenca del Papaloapan, para presentar sus sones ixcatecos; le siguió la Boda Solagueña de San Andrés Solaga, de la Sierra Norte
Con San Jerónimo Tecóatl llegó la región de la Cañada, para presentar sus sones mazatecos, la ceremonia del bautizo y los días de plaza en la comunidad mazateca.
Le siguió el misticismo y la elegancia de la “Tierra Jamás Conquistada”: los Mixes, que con la delegación de San Pedro Ayutla, arrancó el aplausos de la concurrencia, quienes con respeto y admiración atestiguaron la Ceremonia del Tepache: una evocación al Rey Condoy, su dios en la cosmogonía indígena.
La alegría y el colorido del Istmo de Tehuantepec hizo acto de presencia con la representación de Asunción Ixtaltepec y sus bellas mujeres ataviadas con su vistoso traje de gala.
Continuó Santo Tomás Ocotepec con la Danza de la Aguja y Santo Tomás Mazaltepec. El momento solemne llegó poco después de las 12:00 horas con la delegación de Tlaxiaco. Al ritmo de la Canción Mixteca, los miles de asistentes, incluyendo el Gobernador y sus invitados, se pusieron de pie y ondearon el sombrero.
Luego vinieron los de Santiago Jocotepec; seguidos después por la majestuosa Danza de la Pluma, a cargo de la delegación de San San Jerónimo Tlacochahuaya.
A pesar del inclemente sol, todos permanecían expectantes para recibir a la delegación de San Pedro Pochutla, la cual alegró a los asistentes con sus versos picarescos; seguidos por hermosas mujeres de Juchitán de Zaragoza.
Continuaron esplendorosas mujeres de la región del Papaloapan y la Flor de Piña, ataviadas con vistosos huipiles de San Felipe Usila, Jalapa de Díaz, Ojitlán, San Pedro Ixcatlán y Valle Nacional.
Poco antes de las 14:00 horas, y en medio de una gran algarabía cerraron la presentación de las delegaciones, con sones y chilenas, la de Santa Catarina Juquila, dando por concluida la edición matutina de la Octava de los Lunes del Cerro, para esperar lo que sería el cierre de la edición vespertina.