Quico Alsedo y Pablo Herraiz /El Mundo
Madrid
La famosa DEA, la Agencia Antidroga de Estados Unidos, está investigando a los intermediarios de Messi. Esta agencia quiere saber si hay narcotraficantes detrás de la organización de los partidos benéficos del jugador en Latinoamérica. Varios empresarios ligados a la figura del astro argentino están bajo sospecha en una investigación que se cruza con otra paralela de la Unidad Central Operativa (UCO).
Bajo la lupa quedan dos tipos de eventos, celebrados todos en distintos países latinos. Se trata, por una parte, de una gira de conciertos de la estrella mexicana de las rancheras Vicente Fernández y, por otra de los partidos benéficos de Amigos de Messi contra Resto del mundo (también llamados Messi & Friends).
La DEA sospecha que los empresarios organizadores de estos eventos pudieron tener contacto con el cártel de Los Valencia, una organización criminal mexicana dedicada al narcotráfico.
Según las investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos, este cártel podría haber contactado con los empresarios, todos de origen colombiano, dedicados a montar esos eventos. La organización, según las pesquisas, podría haber intentado que se blanqueara dinero en los conciertos de Vicente Fernández con pagos ficticios en una gira mexicana.
Esta es la parte más avanzada de la investigación de la Agencia Antidroga de EU, pero hay una segunda parte que en España ya se ha investigado por parte de la Guardia Civil y del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, cuyo titular es el magistrado Eduardo López-Palop.
Esta segunda parte es la de los partidos Amigos de Messi, todos ellos celebrados en diferentes países de Latinoamérica, como Colombia. La UCO, de hecho, ya tomó declaración a varios participantes en esos partidos hace más de un año, como los jugadores Pinto, Alves y Mascherano, para averiguar si habían cobrado por su participación en esos partidos, cuyos fondos iban a ser destinados en su totalidad a proyectos sociales de distintas ONG y en algunos casos nunca llegaron a los beneficiarios.
La idea de estos partidos benéficos, montados por la Fundación Leo Messi, que dirige Jorge, el padre del astro azulgrana, es que los jugadores no cobraban y simplemente se corría con sus gastos. Lo que de momento han investigado la Guardia Civil y el juez Palop es si ha habido algún delito fiscal relacionado con esos partidos, en el caso de que algunos jugadores hubiesen cobrado dinero por jugar, porque habría sido un dinero no tributado en España, que es donde deben presentar sus declaraciones estos profesionales, puesto que residen aquí. Otro asunto es el blanqueo de capitales procedentes del cartel de Los Valencia, del que los jugadores no tenían por qué saber nada, pero en el que sí podrían haber colaborado los empresarios, según sospecha la DEA. Parte de la investigación consiste en saber también hasta dónde llegaban los vínculos de esos empresarios con el resto de los participantes en la organización.
Igual que en el caso de los conciertos, se pudieron haber realizado pagos con dinero negro para aparentar que eran beneficios de la gira, en los partidos se habría usado otro sistema: la llamada fila 0, que consiste en pagar entradas por ir al partido pero no asistir, con el único fin de que el dinero vaya directamente a la causa benéfica por la que se juega.
Las cantidades recaudadas en la fila 0, según creen los investigadores, son incontrolables, porque no hay una venta real de entradas, sino que se trata de donaciones, y por tanto las cifras reales de ingresos pueden manipularse. Los partidos de fútbol benéficos han tenido a varios personajes entre los investigados: por una parte Andrés Barco y Harrison González, los empresarios que montaban los eventos, junto a otros cuyos nombres aún no han trascendido; por otro, Guillermo Marín, el representante de Messi en Argentina.
Este último, según creen los investigadores, jugaba el papel de intermediario entre los empresarios y los futbolistas. Es decir, es un conseguidor que conoce a muchas estrellas del deporte y puede lograr que participen en esos partidos.
En una entrevista con este periódico, el propio Andrés Barco relataba: «En el año 2012 se empieza a hablar de cierto espectáculo que puede ser bueno económicamente, que el señor Guillermo Marín tenía los derechos de los partidos de Messi y sus amigos, yo soy un enamorado del fútbol, me pareció que podría llegar a ser buen negocio traer a Messi a Colombia en ese rol, con esa cantidad de figuras que se prometían».
Barco se refería a uno de los partidos que se han investigado y que fue muy polémico en Colombia, porque las ONG denunciaron públicamente que no habían cobrado nada. Barco dijo a EL MUNDO que había ingresado 1,7 millones de dólares por aquel partido en una cuenta que le indicó Marín.
En cuanto a los conciertos de Vicente Fernández, celebrados en el año 2012 en la llamada Gira Internacional del Adiós, que celebraba los 40 años del cantante en la música, ya hubo un problema en México. Allí se denunció que la empresa Total Conciertos, que montó algunas de las actuaciones, incumplió los pagos pactados con el músico.
Cuando saltó a la luz la primera parte de esta investigación, en diciembre de 2013, Vicente Fernández, padre de Alejandro Fernández, quiso declarar sobre el tema y se limitó a decir:
«Actualmente estoy muy tranquilo en mi rancho disfrutando de las fiestas decembrinas con mi esposa, mis hijos y mis nietos. En una semana estaré cumpliendo 50 años de matrimonio con mi Cuca adorada, así que vamos a celebrar con toda la familia».